miércoles, 21 de noviembre de 2007

De phagors, assokins y otros habitantes de Heliconia

Llevo ya unas semanas leyendo la trilogía de Brian Aldiss titulada Heliconia. Lectura recomendable (incluso en castellano, la traducción me ha sorprendido gratamente). Es fácil de leer, a pesar de algunos vocablos inventados, mantiene el interés constantemente y resulta interesante el trasfondo filosófico/sociológico que, según dicen las críticas, Aldiss quería transmitir.

Se trata de tres novelas de ciencia-ficción escritas en plena Guerra Fría sobre un remoto planeta que gira alrededor del sistema solar doble Freyr-Batalyx, y en el que, por azares de la cosmología, habitan seres humanos originados allí mismo (vamos, que no son una colonia terráquea). Este planeta está a unos 1.000 años luz de la Tierra, tras una nebulosa situada en la constelación de Ofíoco.

Alrededor de ese mundo gira un pequeño satélite construido y habitado (esta vez sí) por terráqueos, que se dedican a observar y transmitir hacia la Tierra lo que ocurre en Heliconia. Dada la distancia que separa el sistema Freyr-Batalyx del sistema solar, la comunicación es totalmente asíncrona y en una única dirección.

Este mundo está habitado por una variedad de seres vivos surgidos de la imaginación de Aldiss... es una lástima que la mayoría de ellos se parezcan demasiado a los homólogos terrestres salvo en el nombre. Los perros se llaman assokins. Los caballos, hoxneys. Flojito. Pero aun así consigue crear algunos otros que le dan el toque exótico al planeta. Parece tener un especial interés en los animales "necrógenos", aquellos que provocan la muerte a su progenitor para poder crecer y, posteriormente, nacer.

Lo que me ha parecido verdaderamente original es la existencia de otros seres inteligentes, los phagors, resultado de una evolución de unos seres muy parecidos a los bisontes (flambergs para Aldiss) y que por lo tanto tienen una visión de la vida y del tiempo muy distinta a la de los humanos, protohumanos o casihumanos. Y, por alguna razón, son los antagonistas históricos en Heliconia de los humanos. No es que no se lleven bien, sino que siempre que tienen la oportunidad, se esclavizan los unos a los otros.

La trama de la historia se basa en los cambios extremos de clima que sufre Heliconia a lo largo de su órbita alrededor de los dos soles, y fundamentalmente alrededor del sol más caliente, Freyr. Esta órbita mayor tiene una doración de unos 1.800 años, y a través de esos años se pasa de un clima prácticamente glacial en todo el planeta a un clima tórrido que hace que los seres humanos busquen refugio en las entrañas de Heliconia para sobrevivir.

Cada una de estas estaciones supone el apogeo de una de las razas rivales y la esclavización de la otra - en invierno dominan los phagors, mientras que en verano lo hacen los humanos. La paradoja es que los humanos logran sobrevivir a los cambios climáticos gracias a una enfermedad de la que son portadores unos parásitos de los phagors.

La historia, llena de aventuras, trasluce un fondo filosófico o sociológico sobre la evolución (y la involución, e incluso la revolución) del ser humano. Cómo somos capaces de todo por conseguir el poder sobre cualquier otro ser vivo. Cómo las adversidades de cualquier tipo nos devuelven a un estado primitivo de supervivencia, en el que la tecnología no existe o se ha olvidado. Y cómo el ser humano, en su agresividad, busca una y otra vez la posesión y el dominio de todo lo que le rodea.

martes, 20 de noviembre de 2007

Algunas cosas sobre Irene


Antes de entrar en detalles, os presento a Irene, mi peque.


A punto de cumplir 22 meses, es una pequeñaja feliz y dicharachera que no para de hablar. Sí, con media lengua. Y sí, muchas veces no hay quien la entienda. Sin embargo, es fascinante ver cómo su cerebro trabaja a pleno rendimiento y cada día dice algo nuevo.

Ayer por la noche, después de darle la cena, nos aposentamos en el suelo de la cocina para ver un catálogo de juguetes, su diversión favorita de los últimos días. Disfruta viendo las páginas llenas de "cosas" y nombrando aquellas que reconoce. "Pu" es Winnie the Pooh. "Ratón" es Mickey Mouse. "Ñeca" son las muñecas de tipo escultural, muñecas bebés o los muñecos ahora denominados "figuras de acción", así que la función de estructuración de la información la tiene bien desarrollada.

Al poco me levanté para poner nuestra cena a calentar, recibí una llamada. "Mamá a sotar a suelo" decía Irene insistentemente. "Sotar" significa "sentar" en su particular lengua de trapo. Como a la tercera vez no le hice caso, empezó a alargar la frase con palabras ininteligibles (el hecho de que estuviera intentando mantener una conversación con su abuela hizo que, quizá, no prestara la suficiente atención para ver si entendía alguno de sus balbuceos) y, mirándome fijamente, señalaba uno de los baldosines diciendo "Mamá aquí a sotar". No pude hacer otra cosa que decirle a mi madre que hablábamos más tarde, sentame donde me decía y darle un abrazo.

Qué cosas tan sencillas me hacen feliz...

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Así es la vida...

Así es, así es... a veces difícil, a veces genial, a veces triste y a veces feliz.

Hoy empiezo un día mejor, casi del todo recuperada, con la cabeza más fría y el corazón menos encojido. Y feliz.

Feliz por muchas razones. Entre las que puedo compartir con el resto de los mortales, feliz porque se acerca la Navidad y por primera vez mi pequeña se va a dar cuenta de que algo especial pasa.

Y espero poder poner aquí algunas de las sonrisas con las que, espero, regalará a todos durante estos días.